Un aspirante a genio criminal y su protegido intentan atracar una botica a punta de espada y ballesta. Sin embargo, la dueña del local —que es una veterana de guerra durazan— lo impide, alerta al vecindario y pone a la ciudad patas arriba. Mientras tanto, secuestradores y rehenes empiezan a darse cuenta de que tienen más en común de lo que pensaban.
Grumo y Mosquito es un retelling de la obra de teatro «La Estanquera de Vallecas», una novela corta ambientada en un marco épicodelirante y chorrofantástico a mitad camino entre la épica oscura y la colorida parodia de las novelas de fantasía.
El principal punto fuerte de la novela. Al empezar esta historia tenía en mente dos cosas: la primera, que casi nunca leo teatro (aunque lo respeto y valoro de igual manera) y por tanto era salir un poco de mi zona de confort. Y segunda, y más importante, que tampoco leo ni me suele gustar el género épico (esta historia es una mezcla entre épica y fantasía, todo mezclado con parodia (mucha parodia)).
Partiendo de esto, decir que disfruté la lectura, sobre todo por cómo está escrita y el tono burlón que transmite toda la obra. Me llamó mucho la atención (y personalmente me gustaría saber cómo lo consigue el autor) la cantidad de palabras nuevas que leí en esta historia: arenguear, escamocho, boloncho, copetín, etc. o expresiones como 'oler a cuco' o 'liarse a bolonchazos'. Ah, y mi favorita:
'¡Chaparrudo! ¡Retaco! ¡Que te quedaste chaparro de lo villano que eres!'
¿Que son palabras que yo, o cualquier persona, usaría? No, evidentemente (ahí está la gracia). ¿Qué tiene su mérito usarlas en los diálogos de manera que parezca que fluyen naturales, y no sacadas del bolsillo del autor? Pues sí. Estamos acostumbrades, yo por lo menos, a los típicos 'joder', 'acojonar', o expresiones como 'qué cabrón', y un largo etc. Pero la originalidad de, en vez de llamar 'cabrón' a un personaje, llamarle 'chaparrudo', me hace mucha gracia y lo valoré positivamente.
En relación a lo anterior, el punto fuerte de la trama es también la forma en la que está contada y la cantidad de situaciones absurdas que hay en ella. Creo en en toda la historia, hay un par (quizá alguna más, pero pocas) intervenciones que podrían considerarse serias o fuera del humor absurdo y sinsentido que tiñe la novela. El autor nos promete algo épicodelirante y chorrofantástico y eso es con lo que nos encontramos.
MOSQUITO.— [...] Si quieres curarla dale algo de los tarros, guapa.
ROTIGILDA.—Es que igual le hago más mal que bien. El ciclo pasado le unté a un leñador el emplasto que no era en un muñón y ahora dicen que le ha crecido una pezuña.
Pero aunque la mayoría de la novela sea en tono irónico y burlón, hay alguna parte un poco más seria e incluso con alguna reflexión que me gustó. Por ejemplo la siguiente, en la que dos personajes discuten sobre a quien es (entre comillas) mejor robarle, y cómo la boticaria reflexiona sobre robar al que ya de por sí tiene poco, y lo que consigue es gracias a su esfuerzo.
¡Hola!
ResponderEliminarNo es mi tipo de género pero veo que la has disfrutado bastante. La verdad es que tiene muy buena pinta ¡Gracias por la reseña!
¡Un saludo!
¡Hola! Como dije en la reseña, tampoco era mi tipo de género como dices pero fue una grata sorpresa.
EliminarSaludos 😽