Después de la buena nota que le puse a la autora en 'A la caza de Jack el Destripador' (podéis acceder a la reseña haciendo clic en la imagen de la portada, abajo), era evidente que tenía que continuar esta tetralogía y saber cómo seguía la historia de Audrey Rose. ¿Estará a la altura de las expectativas 'A la caza del Príncipe Drácula'?
Autor: MANISCALCO, KERRI
ISBN: 978-84-92918-65-2
Publicación: 24/09/2019
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 480
Colección: Puck
En la esperada secuela del best seller «A la caza de Jack el Destripador», se descubren extraños asesinatos en el castillo del Príncipe Vlad el Empalador, también conocido como Drácula. ¿Podría ser un simple farsante quien está cometiendo los crímenes... o el príncipe ha vuelto a la vida?
Tras el dolor y el horror que le ha causado descubrir la verdadera identidad de Jack el Destripador, Audrey Rose Wadsworth no tiene otra opción más que huir de Londres y de sus recuerdos junto con el arrogante y encantador Thomas Cresswell.
Rose viaja al corazón oscuro de Rumania, hogar de una de las mejores escuelas de medicina forense de Europa... y de otro asesino de renombre: Vlad el Empalador, cuya sed de sangre se convirtió en leyenda. Pero el sueño de la vida de Rose, pronto se ve frustrado por los sangrientos descubrimientos en los pasillos del imponente castillo de la escuela, y se ve obligada a investigar asesinatos que le resultan extrañamente familiares. Quizás, lo que encuentre despierte sus temores más profundos.
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Una vez más, la estética de estos libros no puede llevarse otra nota diferente a un '¡Me encanta!', ya que me parece igual de acertada que la del primer libro. En este caso, prevalecen en color rojo (sobretodo en el fondo), el blanco y sombras negras; tres colores que no podrían encajar mejor con la historia que esconde la portada. A diferencia del anterior libro, aquí lo que lleva la modelo de la portada en las manos sí que tiene mucho más sentido y coherencia: una estaca. En esta edición también nos encontramos fotos en blanco y negro de la época, desde un retrato de Vlad Tepes hasta cartas o fotos del antiguo castillo donde se inspira y desarrolla la trama.
¡Se me olvidaba! 💁Las últimas páginas contienen unas cartas extra (muy interesantes) entre Tomas y una persona importante en la trama donde confiesa algún que otro pensamiento íntimo.
En mi reseña del primer libro, decía que Kerri había sido un gran descubrimiento para mí como escritora, y me reafirmo una vez más. Hacía tiempo que buscaba en un mismo libro lo que la caracteriza como escritora: un estilo preciso y elegante pero a la vez oscuro, donde lo sangriento se mezcla con lo misterioso con toques de romance. Una maravilla, en mi humilde opinión. Temas como los asesinatos de Jack el Destripador, o en este caso la leyenda de Drácula, los trae a la actualidad y les da un nuevo punto de vista que hace que vuelvan a despertar interés en el lector. Como también destaqué en la reseña anterior, el worldbuilding de esta autora es fantástico. En este caso, nos traslada a Rumanía y al Castillo de Drácula como si fuésemos nosotros quien estuviéramos estudiando medicina forense entre sus muros.
Después de desenmascarar a Jack el Destripador y poner fin a su reguero de víctimas, Audrey Rose está destrozada. Londres es un recuerdo constante de las consecuencias personales y familiares que este caso trajo consigo. Así que, junto a su inseparable Tomas Cresswell, viaja a Rumanía para respirar aire puro y estudiar medicina forense. Lo que no saben es que los misterios les siguen allá donde van, y pronto se ven envueltos en un nuevo caso: esta vez, irán a la caza del Príncipe Drácula.
Como veis, la trama principal gira entorno a lo mismo que el primer libro: descubrir al asesino, en este caso, que emula las muertes del Drácula (extracción de sangre, empalamiento, etc.). Por gustarme la trama del primer libro, esta no me ha defraudado ya que tiene ingredientes muy similares: pistas contradictorias, todos pueden ser sospechosos, escapadas nocturnas para buscar información... Sin embargo, también consigue darle un giro, un toque personal, a una historia tan manida como la de Drácula y hacerla suya. Nos mete una vez más en la piel de Audrey y Tomas y tratar de resolver este misterio, en un castillo donde las sorpresas están a la orden del día.
En definitiva, si lo que buscamos son los mismos ingredientes del primer libro, en este segundo los vamos a encontrar. Sin embargo, el desenlace de la trama a grandes rasgos no me gustó tanto como esperaba. Sobretodo en lo referente a desvelar quién es el asesino y cual es su móvil, su por qué para estos asesinatos. Aunque ahora entraré en detalle, para aquellxs temerosxs de spoilers, lo digo por aquí brevemente. Para mi gusto, la persona causante de las muertes y quebradero de cabeza de nuestros protagonistas, actúa por capricho (con poca coherencia) y sin ningún plan elaborado y premeditado.
Al igual que en el anterior libro, el desarrollo de la trama me gustó y me mantuvo inquieta con respecto a quien podría ser la persona sospechosa todo el libro. Sin embargo, una vez que estaba apunto de salir a la luz su identidad, la trama empezó a torcerse. Llegó un punto en que no sabía si estaba leyendo 'A la caza del Príncipe Drácula' o un relato de Indiana Jones: trampas, paredes que se cierran y se llenan de agua, bañeras con sangre... ¿Tiene algún sentido más allá de adornar la escena? Honestamente no lo veo. Así como creo que es una autora que tiene en cuenta el detalle, en este desenlace no fue así. Para descubrir al asesino, los protagonistas llegan a este de una forma más por conveniencia de guión que por coherencia de la trama. ¿Qué hacía el asesino ahí, esperarles? ¿Fue casualidad? Nadie lo explica. ¿Cómo no le vieron antes? Tampoco lo sabemos. Hay un momento en el que cuenta que el asesino saca una pistola, pero, ¿De donde, de la bañera llena de sangre en la que estaba escondido? ¿Es un arma waterbloodproof? 😳Pero lo que más me llamó la atención fue la falta de peso y coherencia en la motivación del antagonista. Más que un plan elaborado que ni el propio Tomas Cresswell pudo deducir, parecen asesinatos inconexos y acciones fruto del capricho y sin mayor sentido en conjunto: Una de las muertes la argumenta como un acto simbólico, otra por si acaso la persona muerta podía delatarle... En definitiva, que por separado las piezas de este caso quedan muy bien, pero una vez unidas, da la imagen de un desenlace no del todo bien llevado👎.
Cuando leí 'A la caza de Jack el Destripador', ambos protagonistas me parecieron maravillosos, tanto como personajes individuales como el tándem que forman juntos. En esta segunda parte, aunque me siguen gustando por separado, tuve la sensación de que no se les daba el protagonismo juntos (hasta el desenlace) que se merecen.
No importa lo que descubramos, sobreviviremos a esto. Somos un equipo, Cresswell.
En cuanto a Audrey, en un personaje que me sigue gustando mucho. A diferencia del primer libro, esta nueva aventura la coge cabizbaja y con el recuerdo constante de lo que pasó en Londres rondando su cabeza. Por tanto, al principio no vemos a esta protagonista fuerte e ingeniosa que nos gustó tanto en la primera parte. Conforme pasa la trama, sí que sale de su cascarón y vuelve a ser nuestra forense favorita.
Tranquilízate, corazón inquieto y oscuro. Tú sí que sabes cómo hacer que un hombre se sienta vivo, Wadsworth.
Lo que se me hizo un poco pesado del personaje es el contraste de comportamientos que tiene a veces: es una mezcla entre una mujer de hoy en día con una mujer de hace un par de siglos. Repite en bastantes ocasiones la importancia de la presencia de su carabina, lo indecoroso que es el comportamiento de Tomas (😑) o lo escandaloso que sería prácticamente cualquier acercamiento entre ambos. Creo que no sería un comentario llamativo en una mujer de la época, pero sí en esta mujer en concreto ya que en otras muchas situaciones el decoro y el escándalo nos hace ver que le importa poco.
Intenté ignorar la sensación de inmoralidad que me producía estar sentada en un espacio tan pequeño (un carruaje) sin la presencia de una carabina.
Así como de Audrey esperaba un poco más (aunque me sigue gustando mucho el personaje), Tomas me sorprendió muy positivamente y si ya de por sí me gustaba, ahora mucho más. Conocemos una nueva versión suya más allá del 'no permitía que nada ni nadie se acercara demasiado'. Antes era un personaje muy frío, con ciertos toques calculadores y muy deductivo. Aunque en esta segunda parte su lado deductivo bajo mi punto de vista no fue tan brillante, esta frialdad y toque misterioso lo deja a un lado a favor de ayudar y apoyar a Audrey. En definitiva, el desarrollo de este personaje me ha encantado, tanto porque evoluciona como porque nos deja ver más allá de esa máscara fría y prepotente que llevaba a veces, y vemos a un chico más tierno de lo que esperábamos.
Tú no me perteneces. Tú eres tu propia dueña.
Aunque al principio se le describe como una persona que 'se valía de la distancia para crear un muro y no ser herido', en esta parte es Audrey la que pone un muro entre ellos en gran parte de la trama (no os diré por qué ni hasta cuando). Por lo demás, sigue siendo el descarado de siempre que tanto nos gustó en el primer libro, y sigue sacándole los colores a Audrey en más de una ocasión:
Tengo la sensación de que no me has invitado para que nos besemos. Aunque nunca está de más preguntar. (...) Estás vestida para escabullirte por el castillo de Drácula.
Tanto la pluma de la autora (todo lo que nos trajo en el primer libro en este se mantiene) como la estética del libro siguen siendo muy acertadas. Vemos unos personajes que evolucionan y que nos dejan ver nuevas facetas tanto de su vida como de sus emociones, y eso es digno de señalar. También tenemos una trama adictiva, que te mantiene en vilo todo el rato con la incógnita de cual será la identidad del asesino. Un worldbuilding y una trama con todos los ingredientes que nos gustaron del anterior libro. Sin embargo, es precisamente el desenlace del misterio lo que se quedó corto, y es por eso que no se lleva la nota más alta en este blog. Teniendo en cuenta lo impactante que fue (o por lo menos inesperado y muy bien llevado por la autora) el desenlace del primer libro, este se le quedó corto, y es su principal debilidad. Por lo demás, Kerri Maniscalco no me ha defraudado y me deja con ganas de leer la tercera parte, ¡A la caza de Houdini!
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